Debido a que el Corán prohibía las bebidas alcohólicas, el café tuvo un gran auge; por más de mil años los árabes lo utilizaron en sus celebraciones religiosas, manteniendo sus cultivos en el mayor secreto.

Cuando los turcos conquistaron Arabia  el café paso a su poder, ellos lo difundieron en Europa, en donde hacia 1600 d.C., surgieron los primeros cafés públicos. Sin embargo el cultivo seguía  en manos de los árabes.

En 1690 el holandés Nicolás Witzen contrabandeo una planta  de café que traslado y sembró en Indonesia. El clima tropical  logro el éxito en su cultivo; poco después, otros holandeses realizaron plantaciones en Ceylan y Java, convirtiéndose en los grandes  propagadores del café.

Hacia 1714 se trajeron  las primeras  semillas a  América, a lo que hoy  se llama Surinam. Españoles y franceses lo sembraron también  en el Caribe. De allí se extendió, a fines del siglo XVIII al continente.

A México el café llegó desde las antillas, y se supone que los primeros cafetales fueron sembrados en Acayucan, Veracruz.